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La ingeniera Mary Lou Jepsen, ex diseñadora de chips de Intel, ha conseguido lo que parecía imposible: ha modificado las pantallas convencionales de los portátiles rebajando así su coste de fabricación a 40 dólares e incluso con una par de ventajas más: reduce su consumo de energía en más del 80% y la pantalla es claramente visible a la luz del sol, es decir, sin esos molestos reflejos que pueden llegar a dañar la vista. Todo esto bajo la motivación de un proyecto sin ánimo de lucro concebido por el destacado investigador informático Nicholas Negroponte, director fundador del Media Laboratory del MIT. La iniciativa llamada One Laptop per Child se distribuirá también en los países más ricos a partir de 2008, bajo la condición de que se deben comprar de dos en dos y uno de ellos se enviará a un país en vías de desarrollo.

El portátil en sí no utiliza el sistema operativo de Microsoft Windows y carece de disco duro, ya que utiliza memoria flash; además la pantalla es más bien pequeña, y el precio ronda los 150 más que los 100 dólares, pero aun así el precio está muy por debajo de lo que cuesta un portátil de baja gama actualmente. Será Quanta Computer el fabricante que comenzará con la producción a gran escala, y el Banco Interamericano de Desarrollo ha firmado un acuerdo para proporcionar préstamos y becas para la adquisición de estos ordenadores.

Se prevé que a mediados de este año empezará la producción, y son Argentina, Brasil, Libia, Uruguay, Pakistán, Nigeria y Tailandia los países que ya han llegado a acuerdos para ofrecer a sus estudiantes este portátil. Sin embargo, no todo el mundo opina que esta iniciativa vaya a ser una revolución en la educación y la visión del mundo planteada por el proyecto ha suscitado críticas.


Polémica sobre el portátil
El portátil de los 100 dólares